Fibrilación auricular
La fibrilación auricular es la arritmia más frecuente en los adultos y es importante establecer no solo sus causas y tratarlas, sino evitar las complicaciones como son los eventos tromboembólicos.
Los síntomas más frecuentes de la fibrilación auricular son:
- Sensación de palpitaciones, a veces con dolor
- Sensación de opresión en el pecho
- Fatiga extrema
- Mareos
- Sincope
- Se puede asociar al deterioro de otras enfermedades como la falla cardiaca, la hipertensión o enfermedades valvulares.
Las principales causas de la fibrilación auricular son:
- Hipertensión arterial
- Eventos isquémicos previos tipo infarto de miocardio
- Antecedentes de cirugía cardiaca
- Diabetes
- Enfermedad valvular
- Cardiopatías congénitas
- Enfermedad pulmonar crónica
- Entre otras
Para determinar que un paciente tiene este tipo de arritmia debe realizarse un electrocardiograma que es una ayuda diagnostica fácil, económica y rápida. Sin embargo, en algunas ocasiones no detecta la arritmia y se hace necesario realizar un trazado eléctrico más extenso y por eso acudimos a un HOLTER (Monitoreo Eléctrico de 24 horas). Este examen ayuda a detectar las arritmias mientras los usuarios hacen sus actividades diarias. Existen algunos importantes complementos a las ayudas diagnósticas como la ecocardiografía, la cual nos permite evaluar la anatomía del corazón, el estado de las válvulas y cavidades (ventrículos y aurículas), además de establecer como está el funcionamiento del corazón y con esta información, establecer las causas de la fibrilación auricular.
Los objetivos del tratamiento son controlar la arritmia y evitar las complicaciones que esta genera, por ejemplo, las embolias, (pequeños coágulos que pueden viajar al cualquier sitio del cuerpo humano y principalmente los que van al cerebro).
Para el tratamiento de la fibrilación auricular hay varias alternativas y este estará condicionado si la fibrilación auricular es valvular o no valvular. Para el tratamiento farmacológico el medicamento de uso más frecuente es la AMIODARONA, algunas veces se debe controlar la frecuencia cardiaca y para esto se utilizan beta bloqueadores, calcio antagonistas o digoxina.
Es de vital importancia establecer el riesgo en los pacientes por medio de la escala CHA2 DS2-VASc. Según su resultado se tomará la decisión si se debe iniciar el uso de anticoagulación, sea con Warfarina o con otros anticoagulantes como los ACOD (Apixaban o Rivaroxabán).
Entre otros manejos de esta enfermedad, diferente al tratamiento farmacológico, se encuentra la cardioversión; un procedimiento que consiste en realizar una descarta eléctrica para corregir la arritmia y recuperar el ritmo normal del corazón. En algunas ocasiones se puede hacer cardioversión farmacológica con antiarrítmicos. Para algunos pacientes es necesario realizar intervenciones más avanzadas como la ablación de los focos que generan la arritmia.
En conclusión: la detección de esta arritmia y el establecimiento del riesgo de complicaciones ayuda a generar el mejor esquema terapéutico posible para controlarla y evitar fenómenos tromboembólicos como la trombosis cerebral. Además, se debe hacer un manejo integral en búsqueda de controlar otras patologías como hipertensión arterial, diabetes y falla cardiaca.
Bibliografía
Jason G. Andrade, MD, 2018 Focused Update of the Canadian Cardiovascular Society Guidelines for the Management of Atrial Fibrillation. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cjca.2018.08.026