ACV Isquémico

El ataque cerebrovascular isquémico es el resultado de una interrupción o disminución en el suministro de sangre una zona del cerebro, impidiendo que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes, dando lugar a la asfixia o muerte de neuronas (células no regenerables) en minutos. 

En un ACV isquémico los vasos sanguíneos se bloquean o estrechan por una acumulación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos, por  coágulos o placas calcicas que viajan por el torrente sanguíneo y ocluyen los vasos sanguíneos de menor calibre en el parénquima cerebral. Estas diversas causas se definen como: 

  • Trombosis: implica la oclusión arterial causada por enfermedades como aterosclerosis, disección o displasia fibromuscular.   
  • Embolismo: obstrucción producida por un émbolo liberado desde un lugar lejano, que al llegar a los pequeños vasos cerebrales, impide el flujo sanguíneo.
  • Hipoperfusión sistémica: afección, tanto en el cerebro como en otros órganos, debido a la recepción de una cantidad inadecuada de oxígeno y nutrientes. 
  • Patologías hematológicas como la hipercoagulabilidad, la policitemia vera, la anemia drepanocítica y el síndrome antifosfolipídico: causas poco comunes. 

Existen diversos factores de riesgo, modificables y no modificables, que aumentan la probabilidad de sufrir un ACV isquémico. Aquellos que son modificables pueden marcar la diferencia, ya que aumentan la probabilidad de padecerlo y está en nuestras manos cambiarlos. Entre ellos:

  • Hipertensión.
  • Cigarrillo.
  • Dislipidemia.
  • Diabetes.
  • Resistencia a la insulina.
  • Obesidad abdominal.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Falta de actividad física.
  • Dieta poco saludable 
  • Estrés psicosocial. 
  • Cardiopatías (en especial trastornos que predisponen a la embolia, como infarto agudo de miocardio, endocarditis infecciosa y fibrilación auricular).
  • Consumo de drogas ilícitas.
  • Hipercoagulabilidad.
  • Vasculitis.
  • Uso de estrógenos exógenos.

Los factores de riesgo no modificables son aquellos sobre los que no podemos actuar, destacándose:

  • Edad: el riesgo se duplica cada diez años después de los 55.
  • Historia familiar de ataque cerebrovascular: padres, abuelos o hermanos, especialmente antes de los 65 años.
  • Raza: los afroamericanos tienen un riesgo más elevado, debido a su mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes y obesidad.
  • Sexo: las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir un ACV isquémico, debido a situaciones como el embarazo, historia de preeclampsia/eclampsia, diabetes gestacional, uso de anticonceptivos orales y terapia hormonal postmenopáusica.
  • Accidente cerebrovascular previo: el riesgo se incrementa con la existencia de episodios anteriores.

Cuanto antes se trate un ataque cerebrovascular isquémico, mayor será la posibilidad de que el daño cerebral sea menor y mejor pronóstico se obtenga en la rehabilitación neuromuscular.

Existen algunos factores que indican la probabilidad de un mal pronóstico:

Área dominante: aquellos eventos que afectan el hemisferio dominante o una zona extensa del lado izquierdo del cerebro (zona responsable del lenguaje, actividad motora fina y gruesa ) son particularmente graves.

Cuanto más rápido se restablezca el flujo sanguíneo en la zona afectada por la hipoperfusión, mayor será la rehabilitación final alcanzada (medida con la escala de rankin modificada). Esta  rehabilitación continúa durante los 3 meses después del evento. Sin embargo, en los adultos que han tenido un ataque cerebrovascular isquémico y que su déficit neurológico persista durante más de 6 meses, se plantea la tendencia que el déficit sea permanente. El pronóstico en las personas mayores estará determinado por las comorbilidades presentes en el momento del evento.  En los jóvenes por la neuroplasticidad, se espera un mejor pronóstico en la neuro rehabilitación pero estará ajustada al área de la lesión y la zona de penumbra (área hipoperfundida no isquémica) recuperada. Al igual que en las personas que tienen otros trastornos graves, la recuperación estará condicionada a la resolución de las causas subyacentes.

El ACV isquémico es una emergencia médica que requiere tratamiento rápido y oportuno para reducir el daño cerebral y sus complicaciones. 

En ANGIOSUR somos especialistas en el manejo de estás  enfermedades Neuro Cardiovasculares y estamos disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana al servicio de la población Antioqueña.

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